LA NEGOCIACIÓN POLÍTICA Y LA ÉTICA PARA LA NUEVA POLÍTICA.
Rafael García Planchart

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LA NEGOCIACIÓN POLÍTICA Y LA ÉTICA PARA LA NUEVA POLÍTICA.


Rafael García Planchart




Para los encuestólogos y politólogos que siguen actuando para la vieja política han encontrado en el fariseísmo político, es decir predicar una cosa y actuar de otra forma, el que tanto han
practicado, un nuevo intento descalificar a María Corina Machado, bajo una supuesta paradoja ética de negociar con los criminales narcotraficantes mafiosos que detentan el poder,
cuando la primera prédica de ella es precisamente la ética y los valores morales como marco de referencia para las decisiones políticas.

Solo la mentalidad socialista, por su forma de pensamiento dialéctico o casuístico, son quienes pueden ver contradicción, Y tratar de ahí hacer una síntesis o un análisis causal, en algo tan
sencillo como es negociar con los secuestradores para liberar los rehenes.

En efecto son esas mafias las que tienen secuestrados a los venezolanos, los recursos y bienes de la nación, el civismo la ética y la moral del país, la justicia y la clemencia desde un
principio ha dicho María Corina que está dispuesta a negociar la salida del régimen, y eso, inconcebible para muchos miembros de la dictadura y los serviles o mercantilistas miembros de
la pseudo oposición, sesudos politólogos y analistas que tienen 25 años o más sirviendo a los gobiernos de turno.

Acostumbrados a que los políticos deben dominar todas las instituciones del Estado, les es inconcebible que la nueva Estadista liberal venezolana actúe, como cualquier gobierno o poder
ejecutivo de cualquier país democrático verdadero, como negociadora para la liberación de los rehenes y sus bienes, es decir de la Nación.

La justicia, que por principio nunca debe estar en manos de los políticos, es la encargada de castigar a los delincuentes, a los secuestradores, a los violadores de los derechos humanos,
pero no es el gobierno el que tiene que hacerlo sino los instrumentos de justicia es decir los juzgados jueces fiscales policías de investigación penal, y el rol del gobierno una vez
sentenciados, es el de hacerlos cumplir las penas.
Hasta ahí.

Tampoco es rol de los políticos el controlar el poder electoral, ya que esto debe ser dejado a ciudadanos honestos y serios, sin intereses políticos, siendo la primaria autogestionada
ejemplo reciente de esta realidad.

Negociar con el extorsionador delincuente significa tratar de llegar a un acuerdo para evitar posibles derramamiento de sangre, pues la salida del régimen es inevitable, y de lo que se trata
es del costo de la salida.

Políticas y socialmente negociar la liberación de los rehenes y de sus bienes no solamente que es ético, si no que es un mandamiento moral, sobre todo cuando sabes que tú encarnas el
bien en la lucha contra el mal, quién es de verdad tu adversario.

No, de ninguna manera se trata de la moralidad de acordeón, de esa que se encogió se estira de acuerdo a la conveniencia, y es la clásica en las cuales están acostumbrados a actuar
durante más de 70 años.
Por el contrario, se trata del estricto marco moral dentro del cual la actuación lógica permite aplicar las normas necesarias para el bien superior que es la
preservación de la vida de la libertad y de la propiedad.
Esos son los elementos fundamentales del liberalismo, los verdaderos derechos humanos a defender en cualquier circunstancia, en
especial los políticos en función de gobierno o de oposición.

El olvido de esa práctica es el que nos ha traído a las circunstancias actuales, el que lleva a negociar con malandros mafiosos, por la impericia, imprudencia y conchupancia de la clase
política que está siendo reemplazada, de sus cogollos y de sus analistas y encuestólogo.

Hay un dicho criollo muy antiguo, aplicable esta circunstancia, el cual dice que no se puede comparar zapatos con alpargatas, aunque ambos sirvan para caminar.




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