ECONOMÍA MODERNA: LIBERALISMO ES RIQUEZA, SOCIALISMO ES POBREZA .
Rafael García Planchart

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ECONOMÍA MODERNA: Liberalismo es riqueza, socialismo es pobreza.
Rafael García Planchart 

El respeto a la ciencia económica, disciplina que como la medicina tiene un profundo componente social o sociológico, el empirismo y el método científico como mecanismos de investigación y de conclusiones, debiera ser la primera misión de los políticos, para centrar su quehacer en la búsqueda de la prosperidad y riqueza de los pueblos que pretenden dirigir, a través del cumplimiento de las leyes económicas que se van descubriendo en la medida que esa ciencia avanza.
Pero qué difícil es sacar a los políticos, y a sus economistas asesores, de un esquema tradicional que considera que la economía es como las Filosofía, es decir, una serie de Escuelas, fundadas por autores, a los cuales atribuyen nombres diversos (ej  keynesianismo, escuela austríaca, etc), copiando así la autoría de la economía socialista denominada marxista leninista, de acuerdo al famoso Kanual de Economía Política de la Academia en cñCiencias de la Unión de Repúblicad soviética Socialistas, la  Biblia económica la cual creó el dogma económico de las universidades venezolanas en los años 60, no solamente en economía si no en derecho, ciencia sociales etc, y hasta en instituciones como el CENDES, Centro de e Estudios Nacionales para el Desarrollo elEconómico y Social, fundado por los grandes gurúes de los años 60, Héctor Hurtado y Luis Lander, ha sido practicantes la teoría de la relación de los seres humanos con los medios de producción predicada por el marxismo y en donde se formaron la mayoría de las autoridades económicas de Venezuela incluyendo a Jorge Giordani y su equipo,quienes  pueden reclamar con justicia ser los grandes aceleradores de la ruina nacional, llevando nuestra economía algún estado de guerra. 
Cuando se avanza en el tercer cuarto del siglo XX y primer cuarto del siglo XXI, y se estudia Allan Greenspan, a Amartya Sen, o se lee a Acemoglu y Robinson, los residentes premios Nobel, o esos libros básicos primarios y estudios de Javier Milei, o la mayoría de los ganadores de los premios Nobel desde 1990, entonces cuando se entiende el funcionamiento de la economía, la verdadera relación del ser humano con los medios de producción que tanto preocupaba a Marx y a Lenin, la naturaleza capitalista del ser humano, que usa los recursos que tienen a su alrededor para obtener sus logros materiales o inmateriales, comenzando por su persona, su familia, sus relaciones, su cultura, sus recursos naturales, económicos o sociales o políticos o militares, a lo largo del transcurso de su vida,.
Y de ahí también derivan cómo son las reglas del juego: las leyes, las normativas, las convenciones sociales, las que hacen a los pueblos industriosos trabajadores y ganadores, o corruptos, miserables y perdedores simplemente por crear instituciones inclusivas o exclusivas.


Es tiempo de que los partidos políticos, de que los líderes políticos, económicos, sociales y militares profundicen en sus conocimientos de la nueva economía, de la que tiene más de tres siglos de desarrollo como ciencia, investigándose desde la aparición de Keynes, de que dejen de pensar que es una escuela de las que uno se recuesta para lo que le conviene, y que son una ciencia que da verdades que de seguirlas harán a las naciones ricas y poderosas y de no hacerlo las hundirán, como han logrado los políticos nacionales hacer con nuestro país.


Al eliminarse la distorsión política que representa las ambiciones personales de la mayoría de los políticos venezolanos, socialistas de formación, llenos de pragmatismo personal, interesado solo en su propio crecimiento a expensas del Tesoro Nacional, para que entiendan cómo hacer grande, rica y próspera una nación, lo puede hacer a ellos grandes, ricos y prósperos sin necesidad de ser corruptos, extorsionadores, enchufados o ladrones.


Esa es la misión más profunda que tienen los economistas venezolanos: hacer entender a los líderes políticos que van a manejar el país del verdadero funcionamiento de la economía moderna, en las leyes o normas que no se pueden violar ni torcer, de la naturaleza íntima del ser humano ligado a la propiedad y de la institucionalidad liberal abierta a todo pensamiento, inclusivista y no exclusivista, basada en la confianza y no en el enemigo interno para desarrollarse armoniosamente en nuestro país.




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